Desde la cama de un hospital

Una experiencia de vida

Es Indiscutible que pocos sucesos en la historia de la humanidad han impactado tanto y a tanta gente en casi todos, por no decir en todos, los países del mundo, la pandemia del Covid 19, un virus que ha modificado para siempre la historia del siglo XXI, muchos contagios y desafortunadamente muchos fallecimientos principalmente en las primeras etapas de esta enfermedad que nadie siquiera imaginaba.

Hoy escribo desde la cama de un hospital, me contagie del virus del Covid 19 y desafortunadamente esto sumado a unas flemas acumuladas en mis pulmones ocasionadas por un Asma alérgica de primavera y una gripa estacional fuerte que pasé hace un par de meses, me trajeron a dormir en una cama de estas por primera vez en mi vida, así como igualmente es la primera vez que estoy conectado a una pequeña bolsa que cuelga de un tubo que me acompaña a donde me muevo por este espacio de unos veinticinco metros cuadrados del que no puedo salir pues es un área de aislamiento por protocolos COVID en este Hospital madrileño en donde la atención del personal médico, de enfermería y equipos de apoyo es inmejorable.

Empecé a sentir los síntomas de una gripa fuerte y me hice la prueba de las que venden en las farmacias, de las que dicen que debes dudar si te sale negativa pero confiar si te sale positiva y me salió positivo el resultado. Mierda! Tengo COVID eso de lo que tanto se ha hablado en los últimos dos años, ese “bicho”, el Sars-Cov-2 lo tengo alojado en mi sistema. 

Muchas preguntas, quien me contagió? con quién me reuní?, con quienes he estado en los últimos días para avisarles? y la “gripa fuerte” continuaba su curso.

Al día siguiente y gracias a otro aparatico nuevo en mi casa me di cuenta que la saturación de oxígeno esta bajando notablemente, “saturación de oxígeno en la sangre” esa frase no estaba en mi vocabulario hace 3 años, y me llevaron mi esposa e hijo menor a Urgencias afortunadamente, llegué con tan baja saturación que inmediatamente empezaron a chuzarme, analíticas de sangre arterial, de sangre venosa, inmediatamente activaron protocolo COVID, me conectaron mangueritas para el suero, y canalizaron una vena en mi brazo derecho y a través de estos empezó el ataque frontal al virus con corticoides y otros menjurjes que me estabilizaron, desinflamaron mis pulmones y afortunadamente hoy 3 días después me han permitido estar aquí escribiendo desde la cama de un hospital.

Pronto me iré a casa según me dicen los médicos, y podré estar de nuevo en mi estudio frente al caballete pintando pero en estos días de estar aquí he pensado mucho en la cantidad de gente que ha muerto, familiares, amigos, amigos de amigos por causas ocasionadas por este mismo virus que hoy aloja mi organismo y cuando no existían las vacunas. Yo me han vacunado 3 veces, lo máximo que se permite España para gente de mi edad, vacunas que con absoluta seguridad han salvado mi vida, sumadas estas a la actitud en insistencia de Ana y Mateo de llevarme al servicio de urgencias adonde llegué con una saturación de oxigeno extremadamente baja y que según dicen los médicos llegué en el límite.

En caso de que pasen por algo similar no dejen acercar mucho ese límite, vayan pronto a urgencias, y si no se han vacunado háganlo, no lo duden que lo del “Chip” de Bill Gates es puro cuento, ya quisiera yo que me lo hubiesen instalado y a través de ese supuesto chip aprendiera algo de la habilidad de mister Gates para hacer negocios.

Apropiándome de un párrafo de la canción de Luís Gabriel “Esto de ser artista” cierro esta nota de una experiencia de vida por la que no esperé pasar.

“Y así juego al artista,
Al bohemio y al poeta,
Unas veces al borracho,
Otras veces al payaso,
Otras juego al gran señor.
Y mientras suene mi flauta
Seguiré dando la lata
Y con el perdón de ustedes
Me tendrán que soportar”

Madrid, España 2 de julio de 2022